¿Que pensarías, si alguien te dijese que ha dejado un trabajo estable, con buen salario y que aporta cierta seguridad como lo es trabajar de broker, para dedicarse a vender sándwiches por las calles de la ciudad?
Pensarás que esa persona está loca, posiblemente no solo tu lo pensarías, el 98% de la población también lo haría… Pero este caso lo creas o no es real, no te lo pierdas.
Después de trabajar durante 10 años como broker de materias primas, Tim Roupell se dio cuenta que no soportaba su trabajo, como muchos de nosotros se había dejado llevar por la vida y ahora se sentía atrapado en el trabajo que tenía, ya que sus pocos conocimientos en otros sectores le generaba ese miedo que le impedía dar el paso de dejar su trabajo.
Las mejores ideas son las que cubren una necesidad
Un día se dio cuenta de que cerca de su trabajo era muy complicado comprar sandwiches de calidad, por lo que la gente buscaba otras soluciones. Al principio la idea era solo, eso un idea, pero con el paso de los días Tim tomo la decisión, estaba cansado de su trabajo y era el momento de dar un paso adelante.
Dejó su trabajo e invirtió $1500 en una máquina para cortar el fiambre y un de canastas, y pidió a un amigo que le dejará trabajar en el sótano de su local.
Al siguiente día de día de disponer de local Tim estaba muy entusiasmado, tanto fue así que se levanto a las 4:30 de la mañana y se puso manos a la obra para hacer los sándwiches que vendería esa mañana. Imagínate, que estás trabajando durante 10 años en una empresa y uno de tus compañeros deja el trabajo por voluntad propia y días más tarde te lo encuentras y te intenta vender un sándwich… ¿Cual sería vuestra reacción? yo creo que me sorprendería un poco….jajaja. Tim nos cuenta que fue muy impactante y todo el mundo pensó que se había vuelto loco. Había nacido Daily Bread.
Tras el primer año Tim Roupell, contrató a sus primeras personas a tiempo completo y todo parecía ir viento en popa, pero a los 10 años desde la creación de la empresa (en 1996) llegó la crisis y muchos clientes cerraron sus compañías, por lo que las ventas cayeron en picado.
«Estuve realmente cerca de arrojar la toalla. Me había costado mucho trabajo llegar a donde estaba, pero tenía 40 años, tres niños a los que cuidar y sabía que nunca podría volver a trabajar para otra persona. Pensé que todo había terminado»
Se salvó por los pelos, por un pedido de última hora de una empresa de catering. Después de eso Tim Roupell se dio cuenta de una cosa, aunque el margen de beneficio fuese mucho menor, era mejor vender grandes a mayoristas que tener que buscar minoristas y vender en cantidades de 10, 15 o 20.
Ese encargo le abrió la puerta a las ventas de sándwich a mayoristas y poco a poco fue recibiendo mas solicitudes hasta que se convirtieron en una de los proveedores mas grandes de sándwich.
Aquel hombre que comenzó sin grandes sumas de dinero, sin experiencia y sin conocimientos profesionales de catering, vendió su negocio en el año 2008, con una facturación anual de más de$22.000.000 de dólares americanos y más de 200 empleados. Hoy en día se dedica a asesorar a jóvenes emprendedores y a pequeñas y medianas empresas.
Tim Roupell subraya una frase que le ayudo mucho en sus peores momentos y que la tiene pegada junto al ordenador, dice:
«Para evitar marearte mira al horizonte»
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Una experiencia muy gratificante, gracias por compartirlo
Gracias a ti Gerardo, saludos!