Estée fue una de las grandes mujeres emprendedoras y su historia merece ser contada. Esta mujer fue pionera en el mundo empresarial e hizo de su nombre una famosa marca tras un imperio cosmético. Su historia de éxito es realmente inspiradora y está llena de trabajo, perseverancia e ingenio.
Aunque proveniente de familia de clase trabajadora, Estée Lauder (cuyo nombre de pila era Josephine Esther Mentzer) desde niña tuvo la visión de emprender su propio negocio y ser una de las pocas mujeres emprendedoras de la época. Sus padres eran inmigrantes de Hungría, pero ella nació en Queen, un barrio de Nueva York, se cree que en 1906. Desde sus primeros años aprendió cómo administrar un negocio, gracias a su padre quien era propietario de un pequeño almacén de semillas y heno. Al mismo tiempo resaltaba por su pasión por mantener el cuidado de la piel y buen aspecto físico, característica que heredó de su madre quien siempre le impartía trucos de belleza.
El inicio de un sueño
En la década de 1920, comenzó a experimentar fabricando sus propios productos artesanales para el cuidado de la piel utilizando el horno de su tío quien era químico. Tras varios intentos logró crear una crema facial que comenzó vendiendo de puerta en puerta. También creó una crema fortificadora de uñas que logró gran éxito entre sus clientes en Nueva York. Luego se mudó a Miami donde siguió tocando puertas.
Desde ese momento Estée Lauder destacó por la forma particular de vender sus productos. Ofrecía muestras gratuitas que ella misma aplicaba sus cremas a las mujeres mientras esperaban su turno en la peluquería, de esta manera se dio a conocer y comenzó una interesante interacción que generaba fidelidad entre sus clientes.
En 1930 Estée se casó con el empresario de textiles Joseph Lauter. Años después la pareja cambió el apellido por Lauder y crearon una nueva compañía con el nombre Estée Lauder, en referencia al diminutivo del nombre Esther. Joseph se encargó de la parte administrativa y Estée se concentró en la producción y el mercadeo.
La marca logró que la tienda Saks, ubicada en la famosa Quinta Avenida de Nueva York, vendiera uno de sus pedidos en solo dos días.
Sus productos también comenzaron a ser comercializados en el exclusivo salón de belleza Florence Morris, al cual solo asistían mujeres de alto poder adquisitivo.
La perseverancia rinde sus frutos
Ella no temía arriesgarse y era creativa en sus estrategias para conseguir sus objetivos de venta.
Una vez fue rechazada por el director de la tienda Galeries Lafayette a la cual quería introducir sus productos para abarcar al mercado fashion y de clase alta al que ella aspiraba. Sin embargo, poco después acudió a una demostración en dicha tienda y dejó caer uno de sus perfumes Youth Dew (el primero que fabricó) captando la atención de la muchedumbre que enseguida quiso comprar su fragancia, por lo que el director del almacén finalmente accedió a la propuesta.
El resto ya es historia. El imperio creció hasta convertirse en la más exitoso en su campo, junto con sus marcas complementarias Clinique, Origins, Perscriptive, MAC y Aramis, dirigida hacia el público masculino. Estée Lauder falleció en 2004 pero su hijo mayor Leonard Lauder está al frente de la compañía desde hace 22 años.
Estée fue una de las primeras mujeres emprendedoras y representa una fuerza y una valentía asombrosa en una época en la que el machismo estaba muy presente.
Estée Lauder aún mantiene aquella estrategia de su creadora, permitiendo que sus potenciales clientes prueben sus productos en los miles de stands que tiene la marca en más de 130 países del mundo. Sus ganancias la mantienen como una de las más exitosas.
Si te ha gustado esta historia no te pierdas estas otras dos, te encantarán:
Un abrazo.
- Los Fivers de Morrison están de vuelta – MoneyMagpie - 6 junio, 2023
- La imagen completa: lo que no te dijeron - 2 junio, 2023
- 10 maneras de mantenerse motivado como trabajador autónomo - 2 junio, 2023