Cuando vamos a la escuela aprendemos matemática, química, castellano, y hasta deporte, pero nadie nos enseña a administrar las finanzas personales. Salimos de allí a enfrentarnos solos con la economía sin ninguna base que nos ayude a prepararnos. Es por ello que muchas personas terminan endeudadas, sin ahorros, o sacrificando su tiempo cada vez más para pagar sus gastos. Si no quieres que tus finanzas te ahorquen, entonces toma los consejos del siguiente manual que hemos preparado para ti.
#1 Nunca es demasiado tarde ni demasiado temprano para dedicarte a tus finanzas personales
Los jóvenes tienden a pensar que serán jóvenes para siempre, se olvidan de ahorrar y prefieren despilfarrar. Y sacar cuentas y cálculos es algo que hacen los mayores… Por otro lado, cuando ya están entrando en una edad más avanzada, las deudas se han acumulado y la energía para emprender cosas nuevas se ha ido. Y piensan que tenían que haber empezado a administrarse en su juventud.
Ambos están equivocados. Puedes aprender a manejar tus finanzas en cualquier fase de tu vida, solo necesitas dedicarle tiempo de forma periódica y seguir los movimientos que te indiquen los números. Eso te dará una mejor calidad de vida en el aspecto económico, a corto, mediano y largo plazo.
#2 Tomate un par de minutos a la semana para evaluar tus finanzas
Administrar tus finanzas personales es un buen hábito que debes acostumbrarte a realizar sin falta. Los buenos atletas entrenan regularmente, los hombres económicamente exitosos, manejan sus finanzas regularmente también. No es una cuestión de talento innato, es disciplina y constancia.
Si no tienes ni la menor idea de lo que debes hacer, es vital aprender un poco de economía y finanazas. Libros para novatos cómo los de Robert Kiyosaki, o Adina Chelminsky son buenos comienzos.
En general lo que debes hacer en principio es evaluar cuál es tu patrimonio y tu flujo de efectivo.
¿Cómo calcular tu patrimonio?
Primero suma todo el capital de tus activos: Dinero en efectivo o cuentas, inversiones, propiedades, herencias, etc. Luego a esa suma le vas restando tus pasivos: préstamos, créditos, deudas en tarjetas de crédito, etc. El total te ayudará a darte cuenta cuál es tu situación económica. Mientras más alto el número mejor, si la cuenta es negativa o justa, hay problemas que atender.
Después es importante evaluar cuáles son tus ingresos mensuales y tus gastos. Reúne la factura de todos tus gastos, incluyendo el café que te tomaste con tu amiga, y el ticket del estacionamiento. Y réstalo al total de tus ingresos mensuales. Eso te dará una idea exacta de cómo rindes tu dinero y cómo podrías ahorrar más y aprovecharlo mejor.
#3 Elimina tus deudas poco a poco
El primero consejo en realidad sería no endeudarse. Es mejor adquirir las cosas que quieres cuando tengas capital suficiente para pagarlo de contado. Sin embargo, si ya caíste en la tentación de gastar más de lo que tenías y pagarlo en cuotas, entonces lo mejor es detener el vicio y buscar la forma de pagar las deudas que ya tienes lo antes posible.
Utiliza bonos, aumentos de sueldo, herencias, fondos de ahorro de fin de año, o cualquier capital adicional que recibas para ir pagando más rápido tus deudas. Si tu situación de deudas es muy precaria, contacta con tus acreedores y hazles saber tu situación real y se realista en cuanto al monto que puedes pagar mensualmente. Es preferible ser sincero y dejar que te ayuden a pagar, que mentir y ahorcar más tus finanzas personales.
Y para la próxima vez que tengas el antojo de endeudarte recuerda esto: El dinero debe trabajar para ti, no tu para él.
#4 Aprende a sacar presupuestos para tus gastos
Si el dinero no te rinde para pagar tus necesidades hasta la próxima vez que recibas tu sueldo, entonces tienes que aprender a no despilfarrar tu dinero.
Por ejemplo: Digamos que recibes 100 monedas mensuales, y necesitas 20 para pagar tu alquiler, 20 para deudas, 5 para servicios. Eso te deja con un total de 55 monedas para lo demás y 45 que debes reservar solo para dichos gastos. Reserva 10% de ese porcentaje para ahorrar, y otro 10% para emergencias. Ya te quedan 44 monedas. Divide ese dinero en 4, te daría un total de 11 monedas para tus gastos de alimentación y gustos por semana.
¿Te das cuenta de la utilidad de sacar presupuestos? Esto puedes seguirlo subdividiendo según tus necesidades. Así aunque tengas 100 monedas en tu bolsillo sabrás que al hacer tu mercado de la semana no puedes pasarte de 11 monedas o menos.
Ojo debes tomar en cuenta tus gastos reales, y puedes hacer ajustes en el porcentaje de ahorro, o incluir un porcentaje para inversiones si es posible.
#5 Esconde tus tarjetas de crédito
Las tarjetas de crédito solo hacen desajustes a nuestro presupuesto y luego minimizan nuestros ingresos futuros, lo cual hace que entremos en un círculo vicioso. Lo mejor sería deshacerte de ellas, no obstante si aún no tienes un capital y un flujo de caja óptimo, te recomendamos esconderlas y sacarlas sólo en un caso de verdadera emergencia.
OJO, las tarjetas de crédito en todo caso, son buenas herramientas para hacer pagos online, o pagos periódicos de los servicios mensuales. Pero evita a toda costa usarlas para pagar las cosas por cuotas.
#6 Asegura tu salud, tu patrimonio e inversiones
Es mejor pagar un seguro y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo. Una catástrofe, una emergencia, una enfermedad o un accidente pueden echar para atrás años de tu progreso financiero. Lo mejor es pagar el precio para asumir la carga antes de que ocurra. Pero eso sí, vigila muy bien la letra pequeña y que realmente te cubra lo que necesites, asesórate con un agente o abogado de confianza.
Como consejos generales antes de firmar tu póliza de seguro, aprende los siguientes conceptos en profundidad:
- Suma asegurada: Total que cubre tu seguro.
- Cobertura: Tipo de gastos que tu seguro asumirá en caso de que te ocurran.
- Deducible: Monto fijo que debes pagar al momento de recibir la cobertura de un siniestro.
- Coaseguro: porcentaje del siniestro que queda bajo tu responsabilidad.
- Servicios asistenciales: Beneficios adicionales que ofrece la empresa de seguro por ser cliente.
También ten en cuenta tu posición financiera, paga la póliza de contado preferiblemente, y contrata el servicio de una empresa de seguros legalmente establecida y con mejor capacidad de respuesta.
#7 Divide tus ahorros para diferentes propósitos
Recuerdas que hablamos de reservar el 10% de tus ingresos para tus ahorros. Sin embargo es una idea muy ambigua, así que ese 10% o el porcentaje que hayas decido ahorrar lo vas a dividir para diferentes propósitos.
Tú puedes decidir para qué se destinará, lo más común es para tener fondos en la vejez, para comprar las cosas que te gustan, o para iniciar un negocio. Aquí te recomendamos que reserves también un porcentaje para acumular un capital de inversión.
#8 Protege tus ahorros y ponlos a trabajar
No guardes tu dinero en una alcancía o debajo del colchón. Si no lo estás usando mejor ponerlo a generar un rendimiento, de la forma más segura posible. Ponlo en una cuenta de ahorro que te genere intereses o cámbialo por una moneda más fuerte para que la capacidad adquisitiva de ese dinero no disminuya con el tiempo.
#9 Cuando tu capital lo permita invierte de forma diversificada
No hablamos de invertir en tu negocio o emprendimiento, sino en poner a trabajar tu dinero como fondo de inversión para otros proyectos que consideres interesantes. Evita que la inversión requiera de tu trabajo, sino que tu capital te genere en el corto, mediano o largo plazo beneficios por haber sido utilizados como capital.
“Ahora ya estás listo para aventurarte a administrar tus finanzas personales, esperamos que ésta guía te ayude a mejorar tu economía, y si te han gustado los consejos no dudes envolver por más”.
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